Pizza casera

Hablando de masas, este verano he descubierto la harina para pizza y las bondades de meter las manos en harina...

La harina para pizza la suelen vender en casi cualquier supermercado en paquetes de medio kilo.
Para una pizza grande (tamaño familiar si es masa fina o mediano si es masa más gordita), se necesita usar medio paquete de esta harina, unos 250 gr.
Se mezcla con 125 ml de agua, una pizquita de sal y un par de cucharadas de aceite de oliva y se amasa bien con las manos.
Cuando la consistencia es compacta, se deja reposar esta masa unos 10-20 minutos.
Se extiende con un rodillo. Y luego, podríamos hacernos los pizzeros profesionales lanzando la masa al alto y demás... Yo, que soy nueva en este mundo, me conformo con dejar la masa bien finita y bien estirada y con la forma de la bandeja del horno (así queda la pizza cuadrada y se porciona mejor).

Se unta la base con una capa de salsa de tomate y se procede a poner los ingredientes que se deseen.

Queda escandalosa con quesos variados (manchego, cabra, emmental, azul, etc), con los quesos y jamón de york ... Pero vamos, en cuestión de pizzas, la originalidad prima: de atún, piña, pollo, vegetales, con anchoas, aceitunas...

Una vez hemos colocado los ingredientes sobre la masa, se cubre toda la pizza con mozzarella rallada y al horno (a unos 210º) durante 15 minutos.

Et voilà. Infinitamente mejor que Telepizza.